“Siempre he corrido y he participado en muchas carreras solidarias. Además, me gusta leer sobre running y así es cómo conocí Kilómetros por sonrisas. Una iniciativa a la que me uní sin dudar y a la que después fui sumando sucesivamente a mi hijo, a mis dos hijas y a muchos amigos de distintos grupos con los que corro”, nos cuenta emocionada la mamá de Gabriela.
“Gabriela es mi hija pequeña. Le gusta mucho correr y está entusiasmada con Kilómetros por sonrisas. Un día al regresar del colegio me dijo que en clase estaban hablando sobre temas de solidaridad y que había pensado que podía contar a sus compañeros su experiencia con EuroTaller Theodora y de cómo podemos ayudar a los que lo necesitan con algo tan sencillo como aportar un poco de tu tiempo corriendo. Me pareció una magnífica idea y le animé a que se lo contara a su profesor, que, tras conocer la iniciativa y visitar el blog de Kilómetros por sonrisas sugirió que podía mostrar en qué consistía este proyecto en una exposición a todos sus compañeros de 3º de Primaria. Incluso, está pensando en que lo haga a niños de otros cursos”, añade Susana, orgullosa de la iniciativa de su hija.
“Para Gabriela, continúa, es una enorme motivación ver sus fotos subidas al blog de Kilómetros por Sonrisas’ Además, le gusta tanto correr que hasta se ha apuntado al club de atletismo que se ha creado en el colegio”.
“Kilómetros por sonrisas es una herramienta impresionante y de gran ayuda, no sólo por la labor del proyecto en sí. Con ella podemos enseñar a nuestros hijos valores tan importantes como los hábitos de vida saludables y la solidaridad con los demás. Y, por añadidura, permite compartir experiencias amenas y divertidas en familia. Para Gabriela es todo un acontecimiento cuando vamos las dos juntas a disputar alguna carrera. No sé si este tipo de iniciativas ayudan a cambiar el mundo, pero, al menos, nos permiten aportar nuestro pequeño granito de arena en una gran montaña para mejorarlo”, concluye Susana.
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